LOS DOMINGOS, de Alauda Ruiz de Azúa
Concha de oro en San Sebastián. Obra maestra. Imagen impecable. Abundancia de primeros planos lo cual provoca una cercanía emocional intensa con el espectador. Gran interpretación de la joven actriz, absolutamente impregnada de su papel. La vocación como el deseo que Dios nos pone dentro, y que Él va alimentando. La vocación como discernimiento personal e intransferible. La vocación como decisión de una misma sin ningún tipo de convencimiento por parte de nadie. La vocación con la puerta bien abierta. La vocación sin proselitismo agresivo, sin miedo, sin amenazas. La vocación sin patanes que lavan cerebros en nombre de Dios. Una película que emociona y atrapa desde el primer hasta el último minuto.