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Carta a un rehén

"  ¡Estoy tan cansado de las polémicas, de los exclusivismos, de los fanatismos! Yo puedo entrar en tu casa sin tener que vestir un uniforme, sin verme obligado a recitar un Corán, sin tener que renunciar a nada de mi patria interior. A tu lado no tengo que disculparme, no tengo que defender, no tengo que probar; encuentro la paz... Por encima de mis torpes palabras, por encima de los razonamientos que pueden confundirme, tú, en mí, sólo tienes en cuenta al Hombre. En mí reconoces al embajador de creencias, de costumbres, de amores personales. Si difiero de ti, lejos de perjudicarte te enriquezco. Me haces preguntas como se pregunta al viajero. Yo, como todos, necesito ser reconocido, contigo me siento limpio y por eso me dirijo a ti. Necesito ir a donde me sienta limpio. No han sido mis fórmulas ni mis andanzas las que te han permitido saber quién soy: ha sido el aceptar quién soy lo que, en todo caso, te ha hecho ser indulgente tanto con estas andanzas como con aquellas fórmulas...

Jamás les entregaré la vida

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No dejaré de soñar en un mundo más libre. Sonarán tambores de guerra. Las apologías al gris y a lo veloz se esparcerán por la Tierra. Prohibirán la piel, la palabra, la canción. Me amenazarán con robarme la supervivencia, pero jamás les entregaré la vida.  No dejaré de luchar por un mundo más libre; un mundo donde los guardianes de la mente estén sin trabajo; donde la obediencia sea sustituida por un criterio maduro, consciente, responsable, que no niegue al individuo ser el gobernante de su propio destino consciente de lo muy ligado que está al de los demás. No dejaré de cantar, de esperar, de cambiar, de rectificar, de reír, de vivir como siento que es bueno vivir... Sin miedo, sin censura, sin ocultación, sin rendiciones, sin resignación. La resignación es el suicidio cotidiano donde quien muere cada día es la vida más que la supervivencia. No tengo miedo, porque soy hijo de un Dios que ha creado tanto desorden dentro de un orden, tanto caos dentro de una armonía, tanta belleza ...

¿Dónde te escondiste?

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  ¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste habiéndome herido; salí tras ti clamando y eras ido. Pastores, los que fueres allá por las majadas al otero, si por ventura vieres aquel que yo más quiero, decídle que adolesco, peno y muero. Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; no cogeré las flores, ni temeré a las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. ¡Oh bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado!, ¡oh prado de verduras de flores esmaltado!, decid si por vosotros ha pasado. Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura; y, yéndolos mirando, con sola su figura vestidos los dejó de su hermosura. ¡Ay!, ¿quién podrá sanarme? Acaba de entregarte ya de veras; no quieras enviarme de hoy más mensajero que no saben decirme lo que quiero. Y todos cuantos vagan de ti me van mil gracias refiriendo, y todos más me llagan, y déjanme muriendo un no sé qué que quedan balbuciendo. Mas, ¿cómo perseveras, ¡oh vida!, no viendo donde v...

Un anciano en medio del bosque mientras nieva

  Un anciano en medio del bosque mientras nieva. La nieve empieza a cubrirle. Pero el frío que siente no és por la nieve; es quizá por la falta de amor. La falta de amor nos inmoviliza, nos aturde, nos congela. Si no reaccionamons nos podemos helar pensado en ese vacío, en tanta luz despreciada.  Es necesario escuchaar una voz cálida que nos puede hacer reaccionar; una voz para la cual lo esencial de la vida sigue valiendo la pena aunque eso tan esencial pueda existir solo en nuestro pequeño ser, como una vela encendida en la oscuridad de un universo que simula ser infinito.

El dolor escondido

El mundo que nos rodea, con sus luces, neones, prisas, glamour, productividad, eficacia, poder, índices de calidad, normas homologadas, certificaciones europeas; esconde mucho dolor.  El dolor suele ser invisible y no angustia a quien no lo padece; la eliminación del dolor no siempre es rentable, no siempre produce ganancias, y a menudo implica gastos. Por eso el sufrimiento no se combate, y según como, hasta se alaba, y se considera camino de santificación. Pero el sufrimiento de tantas personas por puro azar de nacimiento es el sufrimiento de Dios y su eliminación es la razón de ser de toda persona buena.

No tengo miedo

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No tengo miedo de este cielo azul ni de este Sol, ni de la piel, ni de los cabellos al viento, ni de todo aquello que has creado de cierta forma diseñada por ti para hacer esta existencia más bella. No tengo miedo de la arena bajo mis pies, de gritar, de cantar, de convertirme en pájaro y viajar un rato por el cielo para saborear la textura del mar y el silencio de las alturas. No tengo miedo de imaginar; tú me has dado la imaginación para que no me encierre en formas preestablecidas ni sea jamás esclavo de formas y estéticas que otros han decidido. No tengo miedo de la vida, hecha por ti tal como es, de forma directa o indirecta. No tengo miedo del mal, porque no pertenezco a él ni lo deseo. No tiengo miedo de la nada, porque por mucho que la he buscado no la encuentro. ¿Será que es nada?. No tengo miedo del deseo; el terciopelo de todo deseo está tejido por ti, y sólo me pides que no me empuje a hacer daño a nadie ni a dejar de percibir la dignidad de nadie. No tengo miedo de ser, po...

Somos todo oídos

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¿Cómo es llevar un mes muerto?  No hace mucho nos comunicábamos, debatíamos, nos reíamos, cantábamos, hablábamos de la muerte y de la vida, de la culpa y del perdón, de Dios y su inmensidad. Y ahora, tú ya lo debes saber todo. Conoces todos los secretos.  Quien mató a Kennedy. Cómo murió Marylin. Las diferentes especies de humanos que poblaron la tierra. Ya sabes quien soy y dónde coincidimos un día. Conoces todos tus pecados y los míos, también los que no percibías de vivo, y te has arrepentido de todos ellos. Sabes lo que es morir, las sensaciones del viaje, lo que se ve, lo que se escucha. Te has encontrado con familiares que nunca conociste de vivo. Has visto a mi padre, a mi primo, a amigos que tuve en mi juventud, y habeis charlado sobre mí. Se me hace curioso pensar que en el más allá hay gente que habla de mí. Ahora conoces lo que antes eran misterios. Pensar esto es extrañísimo, pero es real como la vida misma. También sabes que todo lo que siempre he escrito es lo qu...